La escarapela más linda del mundo
La abuelita de Selene hace magia con hilos y telas. Convierte retazos en ropa de muñecas y camisas usadas en vestidos con vuelitos. Aquella tarde de mayo coció la escarapela más linda del mundo, o por lo menos eso le dijo Selene. Brillaba el celeste y blanco de raso sobre el guardapolvo, como una flor en la solapa. Selene tenía que leer en el acto, y por eso ensayaba frente al espejo con su traje de fiesta.
Pero el día señalado amaneció lluvioso, frío y Selene tenía suficiente fiebre como para no acceder a su pedido de ir a la escuela. Recién el lunes siguiente estuvo en condiciones de asistir a clases y aunque la fecha no lo exigiera se colocó se escarapela al salir Antes de que tocara el timbre de entrada todos en el patio había visto la divisa bicolor de Selene. Martín la señalo desde lejos. Paola se quedó admirada y en silencio, mientras Romina se reía de pura envidia. ¿No estás un poquito desubicada?, Marcos, que siempre aparecía allí donde fuera posible generar una pelea. ¡El acto ya paso!, grito Morena, porque en ese mismo momento sonaba el timbre llamando a formar la fila. Selene se colocó en su lugar con la cabeza baja, miraba el piso y, con el costadito del ojo, su enorme escarapela. Quiso sacársela, pero ya habían empezado a subir la bandera y un movimiento brusco hubiera llamado más la atención, así que se resignó sin levantar la mirada.
El murmullo que hacían los chicos en el camino al aula se convirtió en silencio al entrar: la señorita los esperaba con una amplia sonrisa, casi tan grande como su escarapela. Explicó, con vos suave y movimientos las manos muy lentamente, que la historia no se hace sólo de días especiales, sino de muchas jornadas de trabajo y esfuerzo que en un momento, en una fecha determinada, en un lugar elegido, logran el éxito y el reconocimiento. Contó lo que pasó hace casi doscientos años. En una semana como ésta, día a día, momento a momento, justificando, así por qué tenían escarapela y porqué pensaba llevarla varias fechas más.
Por supuesto que todos giraron a mirar el pecho de Selene, hasta Romina y Marcos.
Nadie pidió disculpas públicamente, pero más de uno se animó a elogiar la enorme escarapela .Mi abuela hace magia, explicó Selene sin ponerse colorada.
¿Me hará una para mí? Susurró Morena, porque en ese mismo momento comenzaba la Señorita una nueva explicación en el frente
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