Desde la noche anterior, Lola y su familia se preparan para el primer día de escuela. Al día siguiente se levantan temprano, se toman fotos y salen para la escuela. Allí, Lola pone sus cosas en un lugar especial, escoge actividades para hacer, lee, juega y toma la merienda. Sin darse cuenta, ya es hora de cantar la canción de despedida y de ir corriendo a los brazos de mamá, que la espera con mucho cariño.
Un cuento que deja de lado todo mito sobre el preescolar y el jardín de infantes.
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