Había una vez una pequeña estrella llamada Estelita que, por un accidente del universo, cayó del cielo y aterrizó en un bosque oscuro y frío . Aunque las estrellas siempre brillan, Estelita se veía opaca, apagada, como si algo le faltara .
—Gracias por intentar ayudarme —decía con voz melancólica—, pero mi corazón pertenece al cielo . Aquí no puedo ser lo que realmente soy.
El tiempo pasó, y aunque los animales la querían mucho , ellos no entendían su nostalgia . Cada noche, Estelita miraba hacia el cielo, suspirando al ver a sus hermanas estrellas brillar juntas .
Una noche, el viento , que había escuchado su tristeza, decidió ayudarla.
—Pequeña estrella —dijo con voz profunda—, puedo llevarte de vuelta al cielo, pero tendrás que sacrificar algo muy importante.
—¿Qué tendría que sacrificar? —preguntó Estelita, esperanzada .
—Tu brillo . Para regresar al cielo, deberás apagar tu luz y convertirte en una estrella fugaz . Serás solo un destello, pero ese instante será tan hermoso que todos lo recordarán.
Estelita lo pensó mucho . Sabía que los animales del bosque la extrañarían, pero también sabía que, para ser realmente feliz, debía volver al lugar al que pertenecía .
—Acepto, viento —respondió finalmente.
Esa misma noche, el viento levantó a Estelita y la llevó alto, muy alto . Los animales del bosque miraban sorprendidos cómo su amiga ascendía, dejando tras de sí una estela brillante que iluminó la oscuridad .
En el cielo, Estelita se apagó , pero, por un instante, fue la estrella más brillante y hermosa que nadie había visto jamás . Los animales, aunque tristes, sonrieron al recordar que ella había encontrado su hogar .
Desde entonces, cada vez que una estrella fugaz cruza el cielo , se dice que es una estrella que, como Estelita, encontró su camino de vuelta al lugar donde pertenece .
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